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23 may 2011

¿Qué nos hace falta mexicanos?

por Jassibe Juárez

En estas tierras se honra a los muertos con detalles sutiles. Sutiles pero que resaltan a los ojos cuando se baja la mirada. Aquí estoy, hablan los mosaicos, aquí estoy, hablan los muertos. El pasado no se ve, pero es imposible ocultarlo. Los mosaicos tienen dueño y también una historia. Llevan inscritos el nombre de mujeres, hombres o niños. Frente a algunas casas se les ve solitarios y en otras por puñado.  No importa cuántos sean, son imperceptibles para el de caminar distraído.
Y ahí estaba yo, camino a casa. Ideando una nueva manera para mejorar la situación en México desde Alemania. Cuando Ernst Mendel se cruzó en mi camino, para darme una idea. Ernst, es una de las víctimas de la segunda guerra mundial y si yo hubiera vivido en esta calle en esa época, seríamos vecinos. Ahora solo posee un mosaico en la calle donde yo vivo. Solo un mosaico.


Nació en 1933, fue deportado en 1942 a Minsk y fue declarado como muerto sin que se pueda saber mas de su destino. Una vida, una familia, un drama y mucho dolor. Todos juntos resumidos en un mosaico. ¡Solo un mosaico! que además  es imperceptible para los de caminar distraído. Los muertos, luchando por los muertos o tal vez por los vivos, pensé al leer Ernst Mendel.  
Leo los diarios y veo la cantidad de vidas que en mi país se truncan. Ayer fueron 25 y antier 15. Se suman casi 40,000 en los últimos 4 años y la lista crece todos los días.
En la segunda guerra mundial, la gente en Alemania no se daba cuenta de la gran destrucción que ocurría porque sucedía a las afueras, dicen los de aquí. Tal vez había gente que lo notaba pero preferían no inmiscuirse, para no tener problemas. Lo que la gente nunca pensó fue que la maldad, genera más maldad. Que la maldad, algún día alcanza a todos si no se detiene. Que se necesita mucha gente, para parar un ciclo vicioso que unos cuantos comenzaron. Que el ciclo de maldad crece y es imperceptible, mientras la gente camina distraída.
Yo lo comparo con el cáncer. Crece silencioso, sin hacer mucho bullicio y un día se detecta cuando ya es muy tarde. Tal vez, solo fuimos distraídos y tuvimos muchos avisos antes de que invadiera todo nuestro ser. Pero el cáncer, como todos lo sabemos, es curable si se combate a tiempo.
Me entristece mucho leer en las redes virtuales a muchos mexicanos hablar de tantas cosas “sin importancia” cuando muchísima gente muere en nuestro país y las cifras aumentan día con día.  Me entristece porque veo en la historia de este mi país adoptivo, que Ernst hubiera tenido una oportunidad, si sus vecinos reales hubieran puesto un alto a tiempo. Porque veo que cuando lo quisieron poner, fue demasiado tarde. Porque veo que aquí, como en México, hay gente buena pero que no se comprometió. Porque veo que el mosaico de Ernst pudo haber estado en alguna Universidad, el senado, empresa, marca de auto o tal vez podría tener como vecinos a los nietos de Ernst, deportado cuando tenía 9 años.  Pero no, solo puedo ver su nombre en el mosaico que está en el piso de mi calle y que solo veo, cuando no camino distraída.
¿Por qué no despertamos México? ¿Por qué no despertamos para sentir pena por los que hemos perdido y evitar que nuevas placas se tengan que instalar en las plazas de las distintas ciudades mexicanas? ¿Qué nos hace falta para notarlo? No esperemos hasta que nuestro vecino desaparezca para darnos cuenta que algo se tiene que hacer.
Detengamos este cáncer a tiempo y unamos nuestros esfuerzos.  Participa este 10 de junio.

5 comentarios:

  1. Me encantó! Gracias por darte el tiempo de escribir y compartir con el mundo tu sentir!
    Creo que eso es lo que debemos hacer... despertar conciencias... si estas de acuerdo, escribiré algo para este blog en esa misma dirección.
    Saludos y gracias por este buen comienzo!

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  2. Bien dicho. Que va a pasar el 10 de junio?

    josue

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  3. Conversar es Humano, dolerse, hablar y reflexionar son ACTOS POLÍTICOS.

    La pregunta de Jassibe ¿Por qué no despertamos México? Transmite su sentir y pena, pero también expresa el sentir de todos, de la mayoría de mexicanos que hemos estado política, económica, social y culturalmente sometidos y que no dejamos de resistir. Muchos mexicanos –como ella dice –“me entristece mucho leer en las redes virtuales a muchos mexicanos hablar de tantas cosas “sin importancia” cuando muchísima gente muere en nuestro país y las cifras aumentan día con día”-, viven en angustia, y por ello dejan atrapar por los banales distractores del capitalismo y del poder.
    La pregunta que Jassibe se formula “¿Por qué no despertamos México? ¿Por qué no despertamos para sentir pena por los que hemos perdido ¿Qué nos hace falta para notarlo? No esperemos hasta que nuestro vecino desaparezca para darnos cuenta que algo se tiene que hacer” es una pregunta que seguramente resuena en el interior de muchos, y a mi recuerda aquel relato llamado “No dije nada”

    “Primero vinieron por los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
    Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
    Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
    Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
    Luego vinieron por mí, pero para entonces ya no quedaba nadie que dijera nada.”
    (Relato de Martin Niemöller (1892-1984) recuperado en la web en la URL: http://silvinacarraud.blogspot.com/2008/02/los-poemas-de-la-escuela-primaria.html

    El blog, el texto de Jassibe, la iniciativa de “no más sangre! Alemania (Facebook), y de todos aquellos que ahí participan dudando, opinando, escépticos, cómplices, desinformados, desesperados, “hasta la madre”…. todo ello yo lo entiendo no como esfuerzos o iniciativas destinadas a perderse con el tiempo, sino como verdaderos actos políticos. Un acto verdaderamente político es el ejercicio de la palabra y por ello se acompaña de la ética. Hablar, discutir, reflexionar, dolerse, son Actos políticos por que cuestionan a la actual política mundial y particularmente la política de México, una política atrapada y sometida a los rostros insensatos del Capital. Hablar, ejercer la palabra, es un acto político que comunica, es subversivo, resiste, se confronta con la actual política.

    “.....cuando describo la hermética arbitrariedad que signa mi vida -la arbitrariedad humana, la arbitrariedad del destino-, de pronto descubro nuevos matices, sutilezas. Descubro que el sólo hecho de escribir acerca de la arbitrariedad me permite cierta libertad de movimiento con respecto a ella. Que el sólo hecho de enfrentarme con la arbitrariedad me concede libertad... tal vez la única libertad que un hombre pueda tener para defenderse de cualquier arbitrariedad: la libertad de expresar su tragedia con sus propias palabras.....” Grossman, David. La palabra contra los depredadores. Domingo 20 de mayo de 2007 | Publicado en edición impresa http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=909893.

    Apostarle, creer y ejercer la palabra, es un acto político y ético, es confiar en una libertad, en nuestra singularidad, en la dignidad que alcanzamos cuando nos dolemos de la injusticia cometida con nuestros vecinos, amigos, compañeros… es la dignidad que alcanzamos cuando frente a la muerte de nuestros otros, nos dolemos. Cuando dejemos de ser indiferentes a la muerte, injusticia y sufrimiento de nuestros semejantes, ese día habremos perdido la dignidad de Sujetos.
    Hay que pasar la voz, contagiar a los demás de la pasión por la dignidad, hagamos circular lo simbólico de la palabra, tomar conciencia que todo mexicano y todo ser humano sobre la tierra, está concernido en su condición de humano y de Sujeto sociohistórico por una sangrienta violencia de Estado que ha enterrado a la palabra y su entramado social. Extender la palabra es el inicio de un nuevo pacto social y político en el México lastimado, dolido, angustiado…. ¡intentemos tal acontecimiento!.

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  4. A cada generación le toca nacer con una perspectiva de vida y de país diferente. Hubo aquellas que vivieron aplastadas bajo la tiranía, las que lucharon por una vida mejor. A veces sabiendo que solo sería para sus hijos porque para ellos mismos ya no llegaría ese ansiado bienestar. Hubo otras que se tuvieron que callar para sobrevivir al miedo y aguardaron con paciencia el momento para poder cambiar las cosas. A nuestra generación le ha tocado un país descarriado por las manos de gente que ha heredado poder y lo usan para su bien personal. Qué no saben lo que cuesta formar un patrimonio y tener que trabajar duro para salvaguardarlo. También de algunos cuantos que han hecho dinero fácil y creen que así podrán seguir por siempre. Da lo mismo, ellos no tienen visión de futuro, ni amor por su patría porque la patria somos todos y el que maltrata a otro se maltrata a si mismo. Algunos piensan que siempre serán fuertes y que por saber usar la fuerza ya nunca tendrán que trabajar. Será nuestra generación (o la siguiente tal vez) la que tendrá que ordenar las cosas. Se necesitará mucho esfuerzo, se necesitará ser terco tal vez, para poder reordenar ese México donde la cultura del valemadrismo se ha hecho el sello nacional. Todos, desde donde estemos, con lo que podamos, debemos trabajar por ello. No nos rindamos. ¡Hagámosle ver a los malos mexicanos que todos estamos en su contra! Porque si queremos ver un México justo, con orden y en paz, quiere decir que apenas vamos a comenzar. ¡México nos necesita!

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  5. Ah y lo más importante:
    Buen texto, Jassibe. Está lleno ese algo que impregnan las historias de verdad.

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